Aquí otra vez, en este convulsionado Mundo de Perros, donde por allá en el horizonte huele a pólvora, donde si no es una cosa, es otra, pero seguimos aquí, esperando un chance bueno…
El tema que nos ocupa hoy quizás muchos de ustedes lo han vivido, sobre todo si viven como yo, en un complejo residencial grande, con mucha gente (si no que lo digan los que viven en Parque Central), se trata de los vecinos. Como en todo conjunto residencial, está el vecino servicial, el metiche, la conserje chismosa, el vigilante que todo lo sabe, o el peor elemento de todos, el Vecino V.P.I. (Vecino Venezolano Propenso a cometer Infracciones)
Estos vecinos, son personas que no saben vivir en sociedad, a veces me parece si es que salieron de un rancho en un barrio, lograron comprarse un apartamento, pero todavía siguen teniendo en su cabeza la mentalidad de barrio. Es así que tienes a la vecina del piso de arriba, que riega las matas sin antes mirar que tiene abajo, y te llena la casa de agua o hace que tus periquitos – que tienes en la ventana – se conviertan en goldfish (peces dorados) del chaparrón que les cae.
O al vecino que deja que su perrito salga al pasillo, y se haga pipi en la escalera o las áreas comunes, y viene el tuyo y sale a defender su honor canino a marcar territorio donde el intruso ya dejo su huella y te toca por supuesto, porque uno no es un VPI, limpiar el pasillo donde tu perro dejo su gracia, por culpa del anterior.
Tenemos también al V.P.I escandaloso, ese que pone su música – sobre todo el insoportable reggaetón, a más de 1000 decibeles, y retumba ese ruido hasta cuatro pisos más arriba.
Esta también el que lanza desde pañales hasta toallas sanitarias por la ventana, y te quedan pegados de tu reja o los que escupen y te dejan el asqueroso gargajo en tu franela favorita, que acabas de colgar en el tendedero para que secara.
Incluyo también en la categoría V.P.I a los vecinos que tienen niños, y los dejan como perrito sin dueño, que toquen todo lo que les da la gana, y no le dicen nada, pican todos los botones del ascensor, maltratan los buzones, etc.
En fin, solo nos queda encomendarnos a nuestro buen Señor M.E.V, y esperar que no nos toque como vecino uno de estos elementos mencionados, y si por mala suerte le toca uno, reclame, no se quede callado, pero eso si, reclame con autoridad, y con las pruebas en la mano, pues estos individuos, la mayoría de las veces, como buenos V.P.I creen tener la razón cuando no la tienen.
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