domingo, 22 de agosto de 2010

Poli-Caracas o Poli-Matraca?


En este Mundo de Perros donde vivimos, suceden eventos que muchas veces dejan mucho que pensar.
Vivimos en un Mundo donde ya no existen videoclubs, donde no consigues tiendas que vendan ciertos DVD’s originales, donde es una tarea cuesta arriba (a menos que seas pariente de Manuel Barroso) comprar por Amazon o E-bay, y en vista de esto a que recurre un 99% de la población cinéfila, a los quemados. Aparte de esta situación, estamos en una crisis de empleo bárbara, donde los profesionales están mas pegados que quemado de sartén, y a muchos que les queda, rebuscarse, ese es nuestro caso, nos rebuscamos y entre tres tristes losers que somos nos montamos un negocito de películas BURN (quemadas), que mas le vamos a hacer? Que sabemos que es ilegal, por supuesto que lo sabemos, no somos tontos, pero si no han metido preso al primer buhonero de la Hoyada, que distribuye al por mayor (apartando la mala calidad CAM, con la que venden muchos), en fin el punto es que somos Burneros, vendemos quemadas, violamos la ley y lo sabemos, pero (sin ánimos justificar) aquí lamentablemente muchos lo hacen, y nosotros por triste necesidad.
A lo que quiero llegar con esta larga explicación es al titulo del post, Poli-Caracas o Poli-Matraca? Porque lo digo? Por esto, un sábado a las 8 de la noche, mientras estábamos en nuestra esquina, ofreciendo nuestras películas (si quemadas, violando el derecho de autor y propiedad intelectual), nos llegaron un par de estos individuos, con mucha diplomacia, nos hicieron saber lo que ya sabemos, “mira pana, tu sabes que eso que tu haces es ilegal, verdad? Eso de vender películas quemadas atenta contra la ley y bla, bla y, etc, etc, y mira, tu sabes que la alcaldía esta luchando en contra de eso, y tu no deberías estar aquí, no deberías tener tantas películas, tu puedes tener tu puesto, pero no con tanta mercancía, que eso llama la atención” (aparte da consejos), y por ahí se fue como unos 10 minutos de cháchara, nosotros con cara de ponchados, no salíamos de nuestro estupor… Solo pensé una cosa, nos fregaron… Y si, nos fregaron, luego de toda la perorata, nos dijeron “bueno, si nos compran un pollo, aquí no ha pasado nada, no los reporto, pero eso si, ya están avisados". WTF? Tan bajo se vende un policía? Un policía que debería velar por que los vándalos no anden dañando propiedad privada, un policía que debería velar por tu seguridad, un policía que lo que estaba era comprando una pizza en el restaurant que esta frente a nuestro negocio, y aprovecho la oportunidad, haciendo uso de su uniforme, de conseguirse otra comida gratis. No quiero ser cínica, ni justificar que lo que hacemos es legal, pero el caso es que en una situación de este tipo lo más lógico y legal en todo caso hubiese sido que el Poli-Matraca, hubiese radiado la situación, nos da una advertencia y nosotros raudos y veloces recogemos nuestro cachachás y nos borramos del mapa. Muchos de los que nos leen nos dirán, pero si saliste barato, si, OK, solo nos costo un pollo asado, pero es acaso justo que los agentes del orden, los que deberían protegerte y hacer cumplir las normas te lleguen con esa actitud matraquera, una actitud que sencillamente desvirtúa mas la imagen de los cuerpos policiales de este país. No lo es...
Para cerrar, en el ínterin del asunto paso un vendedor de forros de celulares, y a él también lo matraquearon….

1 comentario:

Anónimo dijo...

¡Increíble!, bueno, mejor dicho, total y tristemente creíble y cotidiano.

Vivimos en un sistema interconectado de círculos viciosos de antivalores, conductas absurdas, inmediatismos y egoísmos. Eso se refleja en una sociedad cuya oferta para mejorar los niveles de vida son pocas o ninguna y en un grupo de "autoridades competentes" que de competentes tienen lo que un congorocho tiene de kryptonita.

Es una trampa por todas partes y la voluntad de cambio escasea o desaparece diariamente entre los que mandan pero también entre los mandados, lo cual hace la cosa aún peor.

Saludos compañera de luchas, esto a veces parece más bien cosa del Quijote y su Sancho